Cinco claves para decir “no” sin que el otro se moleste
Es posible que hayas tenido alguna conversación con un amigo, familiar o jefe que te pide algo que no te apetece demasiado, pero que acabas aceptando. Y no porque la otra persona tuviera una tremenda capacidad de influencia, sino sencillamente porque te resultó difícil decirle que no. Poner límites es una de las pruebas más difíciles a las que nos enfrentamos y uno de los mejores termómetros de madurez (y de salud mental, por cierto). No es fácil, reconozcámoslo. Como decía Aristóteles, somos animales sociales por naturaleza, lo que significa que nos entregamos en cuerpo y alma a ser parte de nuestro grupo. Por eso, buscamos agradar, nos encanta que nos reconozcan los que nos importan. Por suerte, esta dificultad va variando a lo largo de los años.
En la adolescencia caemos en los brazos del grupo y en general nos importa más lo que digan los compañeros de clase que los profesores o los pobres. Sin embargo, cuando crecemos, vamos conformando nuestra personalidad y nuestro carácter, y nos sentimos más fuertes y menos vulnerables si pronunciamos el maravilloso “no”. Pero, dicho todo lo anterior, necesitamos saber decir que no. Es la mejor manera de proteger nuestros límites, de cuidarnos y de crecer sin buscar la aprobación constante de los otros. Aprender a decirlo no significa ser desagradable o resultar áspero. Se puede conseguir de un modo amable, sin herir, defendiendo nuestra postura y sin hacer daño al de enfrente. Veamos cómo hacerlo con las personas que más nos cuesta, con aquellos que nos importan:
Primero, identifica qué límites quieres poner y con quién. Una pregunta previa consiste en saber en qué áreas te estás dejando llevar más: ¿es con la pareja?, ¿con el jefe?, ¿con los compañeros?, ¿cómo lo consiguen, cuando se ponen agresivos, cuando te adornan la petición… o siempre te ocurre? Una vez identificado, ponte un objetivo concreto y prueba con los siguientes pasos.
Segundo, da una respuesta de un modo amable, basada en los objetivos pero sin demasiadas explicaciones: “no puedo ayudarte con este informe, porque me han pedido que entregue este otro mañana y voy muy mal de tiempo”. No caigas en justificaciones infinitas, que aburren al interlocutor y te hacen perder fuerza; o en excusas fácilmente desmontables. Si dices, “no puedo ir a tu fiesta porque no tengo tiempo para preparar nada de comida”, la otra persona puede responderte que se encarga de todo o que debajo de su casa hay una tienda donde puedes comprar algo… Con su respuesta, te desmonta la excusa.
Tercero, incluye la técnica de la negociación. Siguiendo con el ejemplo anterior de la fiesta, puedes decir que no vas ese día por un motivo, pero como te apetece verle, le propones que te acercas otro día. O en el caso del compañero de trabajo que te solicita un informe, le dices que no puedes en ese momento, pero que cuando termines el que estás preparando puedes ayudarle. De ese modo, abres una ventana de oportunidad.
Cuarto, explica el impacto tomando como referencia a una tercera persona. Podría ser: “si hago esto que me pides, tendría que decirle que no a fulanito”. De esta manera, tu posición queda más protegida y tienes un argumento de fuerza. Esto ocurre muchas veces en temas familiares: “No puedo acudir a esta reunión porque le he prometido a mi hijo acompañarle en un evento del colegio”, por ejemplo.
Y quinto, aprende de alguien que te guste cómo gestiona estas situaciones y experimenta poco a poco. La ventaja de ser sociales es que mejoramos a través de la observación; por ello, fíjate en alguna persona que sea un referente, analiza sus argumentos, su lenguaje no verbal y ponlo en práctica en situaciones cómodas, primero, y más difíciles después.
En definitiva, aprender a decir “no” es básico para decir “sí” a lo que realmente nos importa. Lo necesitamos para cuidarnos, para proteger a personas o proyectos que sí queremos hacer y para no defraudar expectativas si aceptamos todo cuanto nos piden.
Fuente: PILAR JERICÓ – RUBEN MONTENEGRO
Post Recientes
Felíz 2022: la virtud de ser flexible
Felíz nuevo año. Si, ya sé que muchos de nosotr...Se llama calma
Se llama calma y me costó muchas tormentas. Se ...EL valor de la vida
https://youtu.be/r0NQIMIlkIA...¿Ser religioso nos ayuda a vivir mejor?
Las personas que poseen un sentido de trascende...Me cansé
https://youtu.be/OnDyXL61WjI...
Comentarios recientes
- nelson massey en Sugerencias para afrontar el último mes del año
- Dioni Duffoo C. en Mi tribu de amigas
- Nelson Massey en Conoce los beneficios de la amistad
Archivo
- Enero 2022
- Marzo 2021
- Febrero 2021
- Enero 2021
- Diciembre 2020
- Noviembre 2020
- Octubre 2020
- Septiembre 2020
- Agosto 2020
- Julio 2020
- Junio 2020
- Mayo 2020
- Abril 2020
- Marzo 2020
- Febrero 2020
- Enero 2020
- Diciembre 2019
- Noviembre 2019
- Octubre 2019
- Septiembre 2019
- Agosto 2019
- Julio 2019
- Junio 2019
- Mayo 2019
- Abril 2019
- Marzo 2019
- Febrero 2019
- Enero 2019
- Diciembre 2018
- Noviembre 2018
- Octubre 2018
- Septiembre 2018
- Agosto 2018
- Julio 2018
- Junio 2018
- Mayo 2018
- Abril 2018
- Marzo 2018
- Febrero 2018
- Enero 2018
- Diciembre 2017
- Noviembre 2017
- Octubre 2017
- Septiembre 2017
- Agosto 2017
- Julio 2017
- Junio 2017
- Mayo 2017
- Abril 2017
- Marzo 2017
- Febrero 2017
- Enero 2017
- Diciembre 2016
- Noviembre 2016
- Octubre 2016
- Septiembre 2016
- Agosto 2016
- Julio 2016
- Junio 2016
- Mayo 2016
- Abril 2016
- Marzo 2016
- Febrero 2016
- Enero 2016
- Diciembre 2015
- Noviembre 2015
- Octubre 2015
- Septiembre 2015
- Agosto 2015
- Julio 2015
- Junio 2015
- Mayo 2015
- Abril 2015
- Marzo 2015
- Febrero 2015
- Enero 2015
- Diciembre 2014
- Noviembre 2014
- Octubre 2014