Séneca y el poder oculto de la gratitud y generosidad
Dos milenios antes, el gran filósofo romano Séneca también había reflexionado sobre la importancia de la gratitud en sus famosas “Cartas de un estoico”, que escribió durante los tres últimos años de su vida y que denotaban su gran sabiduría.
La ingratitud y el peligro de la esterilidad emocional
Séneca escribió:
“Te quejas porque has encontrado a una persona ingrata. Si es tu primera experiencia de ese tipo, debe sentirte agradecido por tu buena suerte o por tu precaución. En ese caso, sin embargo, la precaución puede hacer que seas poco generoso porque si deseas evitar tal peligro, no brindarás favores. Con tal de que esos favores no se pierdan con otra persona, los perderás tú mismo.
“Es mejor no recibir nada a cambio que no otorgar ningún favor. Incluso después de una mala cosecha, uno puede volver a sembrar; a menudo las pérdidas debidas a la esterilidad continua de un suelo improductivo son compensadas con la fertilidad de un año. Para descubrir a una persona agradecida, vale la pena probar a muchos desagradecidos”.
En estos párrafos Séneca reflexiona sobre el carácter bidireccional de la gratitud y la generosidad; es decir, no gana solamente quien recibe sino también quien da. Nos alerta que cuando nos encerramos y nos volvemos recelosos, por miedo a no ser recompensados debidamente, levantamos barreras y corremos el riesgo de terminar sufriendo una esterilidad emocional, de volvernos fríos y distantes.
Un estudio moderno confirma las palabras de Séneca. Psicólogos de las universidades de Illinois y Zúrich analizaron a un grupo de 982 personas y descubrieron que aquellas que practicaban la gratitud con frecuencia y eran generosas también disfrutaban de un mayor grado de bienestar físico y emocional. Descubrieron que la gratitud como valor está profundamente ligada con nuestra habilidad para cuidarnos y sentirnos bien.
También se aprecia que la gratitud nos ayuda a mantener alejadas emociones tóxicas como la envidia, la frustración y la culpa, por lo que es muy eficaz para aliviar la depresión. De hecho, otra investigación realizada en la Universidad Nacional de Taiwán reveló que la gratitud incrementa nuestra autoestima ya que reduce nuestra tendencia a compararnos con los demás.
La auténtica generosidad: El camino hacia la gratitud
La auténtica generosidad, argumenta Séneca, no se mide por los resultados del acto, sino por el espíritu del que brota. Por eso señala: “El hombre sabio disfruta más dando de lo que el receptor disfruta recibiendo”.
Con estas palabras, Séneca llama la atención sobre las expectativas que albergamos cuando ayudamos a alguien o concedemos un favor. Nos alerta de que la auténtica generosidad no es un acto transaccional y que muchas veces, los supuestos beneficios o perjuicios dependen exclusivamente de nuestras expectativas. Si esperamos que la persona nos devuelva el favor y no lo hace, nos sentiremos perjudicados. Si hacemos un favor y nos sentimos agradecidos por ello, obtendremos un beneficio.
Su mensaje nos enseña que la generosidad verdadera no es un dar para recibir algo a cambio sino un acto desinteresado. También nos enseña que la gratitud se calibra con la recompensa intrínseca al acto generoso, más que por el beneficio que podríamos obtener si nos devuelven el favor:
“Deberíamos intentar por todos los medios sentirnos lo más agradecidos posible. La gratitud es buena para nosotros mismos […] regresa en gran medida a sí misma. No hay persona que, al beneficiar a su prójimo, no se haya beneficiado a sí misma. No me refiero a que a quien hayas ayudado deseará ayudarte o que a quien hayas defendido deseará protegerte sino al hecho de que una conducta amorosa y generosa regresa en círculo para beneficiar al hacedor, así como las malas conductas retroceden sobre sus autores. Y es que, sentirnos agradecidos incluso en los peores momentos y seguir dando lo mejor de nosotros, es un boomerang de positividad del que podemos beneficiarnos para desarrollar resiliencia, una sensación de bienestar y paz interior.
La decisión queda en tus manos.
Fuente: Internet
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